20 de marzo de 2009

Hermann Hesse


Pero, aunque yo sea un viejo y pobre lobo estepario, no dejo de ser al mismo tiempo hijo de una madre.
El Lobo Estepario

“La mayor parte de los hombres no quiere nada antes de saber”. No es esto espiritual? No quieren nada, naturalmente! Han nacido para la tierra, no para el agua. Y, naturalmente, no quieren pensar; como que han sido creados para la vida, no para pensar! Claro, y el que piensa, el que hace del pensar lo principal, ése podrá acaso llegar muy lejos en esto; pero ése precisamente ha confundido la tierra con el agua, y un día u otro se ahogará. El Lobo Estepario

Hay momentos en los que toda una generación se encuentra extraviada entre dos épocas, entre dos estilos de vida, de tal suerte, que tiene que perder toda naturalidad, toda norma, toda seguridad e inocencia. Es claro que no todos perciben esto con la misma intensidad. El Lobo Estepario
Cuando he estado una temporada sin placer y sin dolor y he respirado la tibia e insípida soportabilidad de los llamados días buenos, entonces se llena mi alma infantil de un sentimiento tan doloroso y de miseria que al dormecino dios de la semisatisfacción le tiraría a la cara satisfecha la mohosa lira de la gratitud, y más me gustaría sentir dentro de mí arder un dolor verdadero y endemoniado dolor que esta confortable temperatura de estufa. El Lobo Estepario

Cuando he estado una temporada sin placer y sin dolor y he respirado la tibia e insípida soportabilidad de los llamados días buenos, entonces se llena mi alma infantil de un sentimiento tan doloroso y de miseria que al dormecino dios de la semisatisfacción le tiraría a la cara satisfecha la mohosa lira de la gratitud, y más me gustaría sentir dentro de mí arder un dolor verdadero y endemoniado dolor que esta confortable temperatura de estufa. El Lobo Estepario

Cualquiera puede ejercer la magia y alcanzar sus objetivos si sabe pensar, esperar y ayunar.
Siddhartha

- Pero de qué piensas vivir, si nada tienes?
- Hasta ahora no había pensado en ello, señor. Hace más de tres años que carezco de todo, y nunca he pensado de qué podría vivir.
- Has vivido, entonces, de los bienes de otros.
- Supongo que sí. Pero también el mercader vive del bien ajeno.
- Bien dicho. Pero no despoja a los demás gratuitamente: a cambio les da sus mercancías.
Siddhartha

Bueno es escribir; pensar es mejor. Bueno es la inteligencia; la paciencia es mejor.
Siddhartha
 
- Has elegido una hermosa vida –dijo el viajero-. Ha de ser algo muy hermoso vivir junto a este río y recorrerlo.
El barquero se balanceó, sonriendo:
- Es muy bello, señor, exactamente como dices. Pero acaso no es hermosa toda vida? No tiene cada trabajo su propio encanto?
Siddhartha

No era acaso el tiempo la sustancia de todo sufrimiento? No era el tiempo mismo la causa de todo temor y de toda tortura? No se suprimiría acaso todo el mal, toda la hostilidad del mundo en cuanto el tiempo fuera superado, en cuanto se aboliera la idea del tiempo?
Siddhartha

- También a ti te enseñó el río aquel secreto: el tiempo no existe?
Una clara sonrisa iluminó el rostro de Vasudeva.
- Sí, Siddhartha –repuso-. Te estarás refiriendo sin duda a lo siguiente: que el río está a la vez en todas partes, en su origen y en su desembocadura, en la cascada, alrededor de la barca, en los rápidos, en el mar, en la montaña, en todas partes simultáneamente, y que para él no existe más que el presente, sin la menor sombra de pasado o de futuro.
- Así es –dijo Siddhartha-. Y cuando me lo enseñó me puso a contemplar mi vida y advertí que ella era también un río y que nada real, sino tan solo sombras, separan al Siddhartha niño del Siddhartha hombre y del Siddhartha anciano. Las encarnaciones anteriores de Siddhartha tampoco eran un pasado, como su muerte y su retorno a Brahma no sería ningún futuro. Nada ha sido ni será; todo es, todo tiene una esencia y un presente.
Siddhartha
 
- Lo sabía. No le obligas, ni le pegas, ni le das órdenes porque sabes que lo blando es más fuerte que lo duro, que el agua es más poderosa que la roca y el amor puede más que la violencia. Perfecto, lo encuentro muy loable. Pero no será un error tuyo creer que le estás obligando ni castigando? No será tu cariño un lazo con el cual lo tienes maniatado? No le avergüenzas día y noche y le haces la vida más difícil con toda tu bondad y tu paciencia? No estás obligando a este niño mimado y orgulloso a compartir una cabaña con dos viejos que se alimentan de plátanos, para quienes un plato de arroz es ya una golosina, cuyas ideas no pueden ser las de él, cuyo corazón, viejo y tranquilo, marcha muy distinto al suyo? No crees que todo esto es para él una obligación y un castigo?
Siddhartha
 - Qué podría decirte, oh venerable? –replicó Siddhartha-. Quizá que buscas demasiado y que a fuerza de buscar ya no encuentras?
- Cómo así? –preguntó Govinda.
- Cuando alguien busca –dijo Siddhartha-, suele ocurrir que sus ojos solo ven aquello que anda buscando, ya ya no logra encontrar nada y ni se vuelve receptivo a nada porque solo piensa en lo que busca, porque tiene un objetivo y se halla poseído por él. Buscar significa tener un objetivo. Pero encontrar significa ser libre, estar abierto, carecer de objetivos. Tú, honorable, quizá seas de verdad un buscador, pues al perseguir tu objetivo no ves muchas cosas que tienes a la vista.
Siddhartha
 La sabiduría no es comunicable. La sabiduría que un sabio intenta comunicar a otros suena a locura.
Siddhartha

Hermann Hesse

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