1 de noviembre de 2009

Los débiles

Cuando los oprimidos, los aplastados, los siervos, llenos de venganza y de impotencia, se ponen a decir: "Seamos lo contrario de los malos, seamos buenos. Es bueno el que ni injuria a nadie, ni ofende, ni ataca ni utiliza represalias, sino que deja a Dios el cuidado de la venganza y vive oculto como nosotros, y evita la tentacion y espera poco de la vida, como nosotros los pacientes, los humildes y justos." Esta amarga prudencia, que hasta el insecto posee (el cual, en caso de gran peligro, se hace el muerto), tomó el ponposo título de virtud, como si la debilidad de l débil -es decir, su escencia, su actividad, toda su realidad única, inevitable e indeleble- fuese un acto libre, voluntario, meritorio. Esta clase de hombre necesita creer en un sujeto neutro dotado de libre albedrío, es un instinto de conservación personal, de afirmación de sí mismo, porque toda mentira tiende a justificarse. El sujeto (el alma) fue hasta aquí el artículo de fe más inquebrantable, porque permitía a lagran mayoría de mortales, a los débiles y oprimidos esta sublime ilusión de tener la flaqueza por libertad, la necesidad por mérito.

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